El árbol del personalismo alberga muchos nombres fundamentales y rectores, pero sin la presencia de Martin Buber la savia vivificante del pensamiento dialógico por él acuñado no correría por sus ramas ni por sus derroteros actuales, faltándole casi lo esencial. Cuando hablamos de diálogo, de relación, de encuentro, de ‘yo y tú’, nos remitimos siempre a las enseñanzas señeras de este gran pensador y sabio judío, creyente y místico, político y maestro personalista comunitario, que legó a la conciencia del siglo XXI la coherencia de su filosofía, su magisterio y su vida.